miércoles, 17 de diciembre de 2014

Los Organilleros, una alegría cuando niños.

Con la llegada del verano, no sólo se multiplican los vendedores de helados, sino que además aparece en escena el viejo oficio del organillero, personaje que recorre el país, instalándose en las plazas y parques, para ofrecer el melodioso sonido de sus cajas musicales.



HISTORIA DEL ORGANILLO EN CHILE

La aparición del organillo en Chile se remonta hacia fines del siglo XIX. De acuerdo a datos etnográficos, los primeros organillos habrían sido introducidos al país en el año 1859 por el alemán José Strup, antecedente que no permite, junto a otros testimonios, comenzar a escribir la historia de un oficio que por su “existir silencioso relega los datos a la memoria de sus propios cultores, obligándonos a una reconstrucción lenta e incompleta” (Leiva).
La vida callejera del organillo en Chile alcanzó su apogeo durante las tres primeras décadas del siglo XX.
Este proceso se inició con las modas musicales llegadas al salón de baile y el teatro.
Dichos temas, de corte popular, se masificaron progresivamente a través de las partituras para canto y piano. Estas partituras fueron la base repertorial de la casi totalidad de los organillos que aún se siguen escuchando.
Rápidamente el organillo fue el portador de las modas europeas, principalmente valses, jotas y pasodobles. Pero por sobre todo se hicieron presente las modas bailables americanas, como tango, foxtrot, charleston y por supuesto su majestad la cueca.



Posteriormente, llegará la moda de la canción mexicana con el disco y finalmente el cine, que tendrá una gran incidencia en el permanente proceso de actualización repertorial de los organillos, proceso que solo terminara con el inicio de la segunda guerra mundial.

La llegada del organillo a Chile originó un oficio anónimo y postergado, que en medio de la explotación y la indefensión social se desarrollo con un perfil propio y distintivo.
Quizás fueron las vicisitudes de la marginalidad junto al ingenio popular, los que hicieron que este oficio fuera tan multifacético. En efecto el organillero ha sido a un mismo tiempo chinchinero, agorero y juguetero-artesano. Pero tal vez, lo mas destacable de este oficio ha sido la voluntad de recuperar del olvido un bien cultural, material e intangible, que entre las décadas 1960 y 1980 llegó al límite de su desaparición. Fue la época en que los organillos operaron en las más deplorables condiciones y en que muchos de ellos fueron vendidos a coleccionistas extranjeros. Así desapareció más del 80% de los aparatos existentes en Chile.



Organilleros:
Música de nuestras calles

Desde mediados del siglo XIX se registra la presencia de organillos en Chile. Traidos fundamentalmente de Alemania, aunque también de Francia, estas cajas musicales servían a gente desposeída para ganarse la propina caritativa de transeuntes y caseras. Hoy los organilleros forman un gremio organizado, cuyo trabajo responde a criterios artísticos y técnicos y es concebido por ellos como un oficio digno, que forma parte del patrimonio cultural vivo y del folclor popular chileno. Su número ha crecido en los ùltimos años, de la mano de la restauración y de la fabricación de organillos hechos integramente en nuestro país. La valoración social, sin embargo, está lejos de otorgarles el sitial que les corresponde.



Corporación Cultural Organilleros de Chile.

La Corporación Cultural Organilleros de Chile adquirió la personalidad jurídica Nº 723, el 5 de septiembre de 2001, tras concretarse varios proyectos FONDART, orientados a beneficiar a los organilleros chilenos. Las expectativas de gestionar aportes fiscales para el apoyo a la actividad y la noción de orientar el oficio al reconocimiento de su condición patrimonial, promovieron la organización para enfretar con éxito los nuevos tiempos y aprovechar las ventajas y oportunidades de desarrollo cultural de la nación llegadas con el retorno de la democracia en Chile.



Con un clic en el texto en rojo "Organillos Lizana", ingresarán a la familia que fabrica y repara los organillos en Chile. También conocerán más de la historia de este melodioso artefacto, que trae las alegrías de los niños de hoy y antaño.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos sonidos de organillos, fueron extraídos de un long play de los años 60 (ediciones l.r.ortiz), se suponía que sería la última grabación de estos sonidos, ya que este oficio en esos años estaba desapareciendo. Afortunadamente, esto no ha sido así y tenemos a nuestros amigos organilleros vivitos y coleando, con una Corporación Cultural de Organilleros de Chile, donde están todos afiliados.
Es una alegría constatar como se rescata nuestra memoria colectiva, desde Sonidos de la Memoria, un saludo a todos los organilleros y chinchineros de nuestro país.

Manuel dijo...

hola:

nos pueden encontrar en www.organillerosdechile.cl

Jessica Alejandra dijo...

Excelente página muy llevadera a la nostalgia...
Muy útil para la discertación de mi hijo de 5 años que tendrá que exponer ante sus compañeritos este hermoso oficio.
Feliz 18!!!

Fía dijo...

Encuentro tu blog maravilloso!
Apoyo la difusión de nuestra cultura, del arte y de la libre expresión.
Usaré gran parte de tu información sobre los organilleros en mi blog (www.ando-como-hormiguita.blogspot.com), donde haré el link con tu página...
ayer por la tarde escuché un organillero y me produjo un sinfín de emociones y recuerdos.

Fía.

Roberto C. dijo...

Tengo entendido que la corporación no es la única entidad encargada de la fabricación y mantención de organillos y la difusión del oficio. Sería bueno actualizar este artículo.

Saludos!