martes, 18 de noviembre de 2008

Radioteatro en Chile.


La radionovela y el radioteatro
La radionovela era un relato dramatizado difundido por capítulos a través de las ondas de radio.
Desde el folletín a la telenovela

Radionovela

La radionovela se apoya en la belleza de las voces. Al no haber imágenes, el héroe o "jovencito" bien podría ser quien aparece al centro en esta foto.

Desde la invención de la imprenta hasta comienzos del siglo XX, y con el aumento de la alfabetización, el papel y la tinta fueron el soporte privilegiado por los creadores tanto cultos como populares. La oralidad perdió parte de su relevancia, quedando restringida a los sectores rurales y a las capas bajas de la sociedad. Sin embargo, esta situación sufrió un vuelco con la invención de la radio. Con ella, la palabra conquistó nuevos espacios, validándose como soporte de la transmisión literaria.

Surgió entonces la radionovela, relato dramatizado difundido por capítulos a través de las ondas de radio. Heredera de la novela por entregas y sobre todo del folletín, la duración de la obra dependía muchas veces del interés de la audiencia, alargándose a veces por meses. En nuestro país hubo algunas radionovelas que mantuvieron a las generaciones pasadas pegadas a la radio. Ejemplo de ello fue la dramatización de la novela Adiós al Séptimo de Línea, escrita por Jorge Inostroza, El Derecho de Nacer, Lo que cuenta el viento, La tercera oreja y El doctor Mortis, etc. Algunas figuras destacadas de la radionovela chilena fueron Doroteo Martí, Luchita Botto, Nieves López Marín, María Yopar, Guillermo Gana Edwards, Justo Ugarte, Flor Hernández, Arturo Moya Grau, entre otros, tan populares como un actual protagonista de teleserie.

Sus temáticas, motivos y personajes son herederos directos del folletín: la mujer engañada, la madre soltera, usurpación de fortunas, hijos perdidos que luego se reencuentran, la ceguera, la invalidez como desgracia o como fingimiento para engañar, las diferencias sociales, etcétera, todos los cuales se reproducen con posterioridad en la fotonovela y las telenovelas clásicas. Se mueven en un mundo bipolar con personajes planos claramente diferenciado: buenos y malos, ricos y pobres.

Algunas radionovelas americanas emblemáticas (El Derecho de Nacer, entre otras) fueron después llevadas a otros soportes, como la televisión e incluso el cine, o el cómic (El Siniestro Doctor Mortis).

En su época de auge, las compañías de radionovelas hacían giras por el país y presentaban una versión teatral de la radionovela en ciudades y pueblos. El público de provincia llenaba las salas en que se presentaban, abanderizándose con los personajes: gritaban durante la representación e incluso agredían a los malos (cosa que también sucede hoy con las teleseries). Pero también sufrían desilusiones, cuando el aspecto físico de los actores no se correspondía con las expectativas generadas por sus voces bellas y aterciopeladas, o con el papel que encarnaban en las transmisiones.

Emparentado con la radionovela está el radioteatro, por lo que estos términos suelen emplearse como sinónimos. En los radioteatros solían transmitirse obras teatrales, a veces bastante buenas y de autores conocidos, y también versiones de películas. Cada emisión radial daba una obra completa.

Aquí en un homenaje el 26 de Julio de 2008, San Antonio, rindió un homenaje a los grandes del Radioteatro en Chile, con la presencia de grandes figuras que dieron éxito a este género de la radiotelefonía chilena. Además pueden apreciar los "efectos especiales" que se hacían en esa época para complementar la historia que se estaba relatando.



Vehículo para la Cultura

En 1935 nació Radio Hucke, que posteriormente se denominó Radio Nuevo Mundo. Poco después aparecería Radio Agricultura y, casi de forma simultánea, Radio Cooperativa Vitalicia.

En 1938, Radio La Chilena Consolidada se convirtió en Radio del Pacífico. De allí surgió un semillero de artistas: Anita González "La Desideria"; Ester Soré; Eduardo de Calixto, etc.

El 7 de abril de 1937 se inauguró en la Universidad Federico Santa María la radio del mismo nombre, que con el tiempo se convirtió en la emisora universitaria veterana de América Latina.

El desafío para las nuevas tendencias.

Tras 40 años de desarrollo, en la década de 1960 la radio tuvo que afrontar, con la masificación de la televisión, su primer y más grande desafío. Muchos anunciaron entonces el ocaso definitivo. El diagnóstico no pudo estar más equivocado. Por el contrario, la radio mostró una capacidad de respuesta insospechada. Aprovechó inteligentemente las posibilidades que deparaba la tecnología del transistor, amplió sus emisiones en frecuencia modulada (FM), reorientó y segmentó su programación, aprovechó las demandas no cubiertas por la televisión y, por último evitó entrar en abierta colisión con ella, optando por una estrategia de sutil complementación.

Un estudio de la Secretaría de Comunicación y Cultura de 1996 señalaba que la radio atravesaba uno de sus mejores momentos. Entre los años 1990 a 1995, el número de emisoras pasaba de 326 a 723, crecimiento que ha concentrado en la FM, donde de 152 estaciones se pasó a 614.

Escenas detrás de los micrófonos en una radio en Estados Unidos.

Ciertamente la radio ya no es la de la década de 1940. Los radioteatros han enmudecido, los grandes auditorios han desaparecido, no existen las emisiones de espectáculos en directo ("La Bandita de Firulete", tras treinta años de permanencia en Radio Portales, terminó por sucumbir). Ellos han dado paso a la radio interactiva, en constante comunicación con los oyentes. Estos últimos años han salido al aire programas tan exitosos como "La Mañana Interactiva", de Radio Agricultura, de corte político y de actualidad, y otros más especializados como "El Chacotero Sentimental", de Radio Rock and Pop, que tuvo tanto éxito que incluso dio origen a una película.

En resumen, la radio chilena, tras el impacto que causó la aparición y masificación de la TV, recupera su capacidad de crear magia a través del sonido.

Textos extraídos (no todo) en portal de Icarito, haciendo clic en el título en rojo, entrarás a él.

Y lo último el homenaje a estos grandes del Radioteatro.


3 comentarios:

Victor A dijo...

GRAN APORTE A LA CULTURA CHILENA MUCHAS GRACIAS.

Jorge Vergara Salas dijo...

Buenas tardes:
Alguien recuerda la música clásica que utilizaba como característica introductoria de las radionovelas de los sesentas?

Daniel Tillería Pérez dijo...

Hola, Jorge, respecto de tu pregunta sobre qué música clásica, puedo contarte que había muchas, por ejemplo, María Llopart (y no Yopar como ponen por ahí), utilizaba el Concierto en Varsovia, de Addinssell. Luchita Botto, también en Radio del Pacífico, utilizaba las primeras notas de la obertura de El gallo de oro, ópera de Rimsky-Korzakov. Siguiendo con la misma radio, el radioteatro de la noche, que estaba formado por una cooperativa de actores, utilizaba Las patinadoras. Es decir, no había usa sola, recurrían a una amplia literatura musical, había mucho material sonoro, obtenido de las grandes obras clásicas, sinfonías, poemas sinfónicos, sonatas. etc. En tanto, la Tercera Oreja, utilizaba, mayormente, música popular de grandes orquestas (Glen Miller, Fausto Papetti, Bert Kaempfert, Ray Coniff, etc.) Era común el uso del concierto para piano N°1 de Tchaikovski o también el Concierto para violín en Re Mayor. Hasta las primeras novelas de la TV utilizaban autores clásicos. el primero que se sale del molde es el Pepe Caviedes (José Caviedes), que utiliza temas populares como música incidental. En "María José" utiliza Canción de la ternura, cantada por gina María hidalgo y para J.J.Juez, utiliza Le garçon que j'aimais, con Nana Mouskouri.