sábado, 1 de julio de 2017

Los Pasteles y la Muela.




                                                            Nicolás II de Rusia.

Los Pasteles y la Muela.


Cuento del siglo XVI España, recopilado por Juan de Timoneda y publicado en una obra titulada "Sobremesa y alivio de caminantes", cuento XXII.

Un labrador tenía muchas ganas de ver al Rey porque pensaba que el Rey sería mucho más que un hombre. Así que le pidió a su amo su sueldo y se despidió.

Durante el largo camino hasta la Corte se le acabó todo el dinero y cuando vio al Rey y comprobó que era un hombre como él, pensó: «Por ver un simple hombre he gastado todo mi dinero y sólo me queda medio real»




Del enfado le empezó a doler una muela y con el dolor y el hambre que tenía no sabía qué hacer, porque pensaba: «Si me saco la muela y pago con este medio real, quedaré muerto de hambre. Si me compro algo de comer con el medio real, me dolerá la muela»
Estaba pensando lo que iba a hacer cuando, sin darse cuenta, se fue arrimando al escaparate de una pastelería donde los ojos se le iban detrás de los pasteles.

Vinieron a pasar por allí dos lacayos que le vieron tan embobado contemplando los pasteles que para burlarse de él le preguntaron:

Villano, ¿cuántos pasteles te comerías de una vez?
Respondió:
Tengo tanta hambre que me comería quinientos.
Ellos dijeron:

¡Quinientos! ¡Eso no es posible!
Replicó:
¿Os parecen muchos?, podéis apostar a que soy capaz de comerme mil pasteles.
Dijeron:
¿Qué apostarás?
Que si no me los comiere me saquéis esta primera muela, dijo señalando la muela que le dolía.

                                   De Annibale Carracci - Desconocido, Dominio público.


Estuvieron de acuerdo, así que el villano empezó a comer pasteles hasta que se hartó, entonces paró y dijo:
He perdido, señores.





Los otros, muy regocijados y bromeando, llamaron a un barbero que le sacó la muela. Para burlarse de él decían:

Habéis visto este necio villano que por hartarse de pasteles se deja sacar una muela?
Respondió él:
Mayor necedad es la vuestra, que me habéis matado el hambre y sacado una muela que me estaba doliendo.

Al oír esto todos los presentes comenzaron a reír. Los lacayos humillados pagaron y se fueron.


No hay comentarios: